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Mi museo favorito en París, los impresionistas, las obras maestras del museo de Orsay.

Photo du rédacteur: Silvia Roca-BrunoSilvia Roca-Bruno

MI MUSEO FAVORITO


París en tiempos de los impresionistas, 1848-1914. Las obras maestras del museo de Orsay.




El nuevo París y la vida que ha generado están en el centro de las preocupaciones artísticas de los años 1850-1914. La ciudad haussmaniana proporciona nuevos motivos a los artistas. Les conduce a otra visión de la vida urbana, traducida, para los mayores de entre ellos, mediante expresiones pictóricas inéditas. La mirada y la interpretación de la ciudad cambian: París está captada como una entidad movediza, y los artistas desatienden el estudio de los monumentos o de la anécdota, en busca de este "maravilloso moderno", de esta poesía urbana de la que Baudelaire se hizo el anunciador.




Las transformaciones de París generan grandes trastornos en el modo de vida de sus habitantes; cafés y cafés-conciertos, cervecerías, bailes, circos, óperas y teatros, parques y jardines públicos, compras se multiplican, proporcionando cuantos temas a los artistas en busca de esta "belleza misteriosa" e involuntaria, depositada por la vida de los hombres...




Jongkind y Lépine, Manet y Degas, Monet y Renoir, Caillebotte y Pissarro, todos van a apasionarse por la ciudad y la vida de París, subrayando su modernidad. Gauguin y Van Gogh, Signac, Luce, y luego Bonnard y Vuillard también la exploran, a veces hasta en su vida subterránea con la creación de las primeras líneas de metro, a partir de 1900. En la misma época, otros se interesan por la sociedad mundana que se da cita debajo de los oros de las mansiones particulares. Las escenas de baile y los retratos de Béraud, De Nittis, Boldini o Blanche aportan así mismo un contrapunto a las representaciones del París popular hacia el que se orientaba con mayor afición la vanguardia de la época.




Un museo nacional pluridisciplinario

El museo de Orsay es un museo nacional, abierto al público el 9 de diciembre de 1986, para mostrar, en toda su diversidad, la creación artística del mundo occidental, de 1848 a 1914. Fue constituido por colecciones nacionales procedentes principalmente de tres establecimientos:

el museo del Louvre para las obras de artistas nacidos a partir de 1820, o emergentes del mundo del arte con la Segunda República;le el museo del Jeu de Paume, dedicado al impresionismo desde 1947;y por fin, el museo nacional de Arte moderno que, al instalarse en el Centro Georges Pompidou en 1976, solo conservó las obras de artistas nacidos después de 1870. 

Pero cada disciplina artística representada en las colecciones del museo de Orsay también tiene su propia historia que esta sección les propone descubrir.


Los orígenes: El museo del Luxemburgo



Los orígenes de las colecciones de pintura del museo de Orsay, se remontan al museo del Luxemburgo, fundado en 1818 por Luis XVIII con el fin de recibir las obras de artistas en vida. El sistema prevé que diez años tras la muerte del artista, las obras, cuya "opinión universal ha consolidado la gloria" se trasladen al museo del Louvre; las otras estando reservadas para demás instituciones o administraciones. En un primer momento, las colecciones del museo del Luxemburgo se componen casi exclusivamente de compras durante el Salón. Reflejan de este modo, el gusto oficial de la época, dedicando un relevante espacio a la pintura histórica, a los retratos y a los paisajes clásicos, conforme a una jerarquía de géneros bien establecida.

Hasta los años 1880, el museo del Luxemburgo sigue empeñado en rechazar las más recientes investigaciones. Courbet y Millet, por ejemplo, no se mostrarán durante sus vidas. Cabe esperar los esfuerzos comunes de los artistas y de sus familias, de los coleccionistas y de algunos funcionarios, para que el arte contemporáneo entre por fin en las colecciones nacionales francesas.



La vanguardia en el museo del Luxemburgo: Del realismo al impresionismo.

Primero fue la generosidad privada que logró que los museos franceses se abriesen a los más novadores pintores. Obsequiado por la hermana del artista, Un entierro en Ornans de Courbet, entró en el Louvre en 1881. Llegan luego La Primavera de Millet donación de la Señora Hartmann en 1887 y Las Cosechadoras, del mismo artista, donado por la Señora Pommery en 1890, o también la colección de Alfred Chauchard, rica de un magnífico conjunto de cuadros de la escuela de Barbizon, incluido el famoso Ángelus de Millet, en 1909. Pero la segunda mitad del siglo XIX también está marcada por la influencia creciente, en el mundo del arte de los críticos y mercantes.


El ManetOlympia

El sistema tradicional de los Salones y del mecenazgo ya no está adaptado a la expansión del mercado del arte, y la notoriedad de los artistas depende cada vez más, de las opiniones de los críticos y de las elecciones de los mercantes. Este cambio favorece el desarrollo de nuevas escuelas y su reconocimiento. De este modo, en 1890, un grupo de suscriptores liderado por Monet, logra que entre en el Luxemburgo, la Olympia de Manet, sin embargo fallecido en 1883. No obstante, esta evolución de las mentalidades no se realiza sin estragos, como lo demuestra el episodio del legado Caillebotte. A su muerte, en 1894, este pintor, amigo y mecenas de los impresionistas, lega su colección al Estado. Esta reúne más de sesenta cuadros de Degas, Manet, Cézanne, Monet, Renoir, Sisley, Pissarro o también Millet. Frente a la tibia aceptación de la administración de Bellas Artes, los albaceas, entre ellos Renoir, pretenden hacer cumplir la voluntad de Caillebotte. Este deseaba que todas las obras de su legado estuviesen mostradas y no relegadas en reservas. Las discusiones van a durar cerca de dos años, antes de firmar un acuerdo en febrero de 1896: los museos nacionales seleccionan solo cuarenta obras, pero se comprometen formalmente en mostrarlas. A pesar de estas dificultades y de la protesta oficial de la academia de Bellas Artes. El legado Caillebotte permite una notable entrada de los impresionistas en el museo del Luxemburgo. En la misma época, el Estado empieza también a adquirir obras de artistas más modernos. Podemos citar las compras del Pobre pescador de Puvis de Chavannes en 1887, Un taller en Batignolles de Fantin-Latour y las Chicas al piano de Renoir en 1892 o también La familia del pintor de Carrière en 1896.




Pierre Puvis de Chavannes El pobre pescador RMN-Grand Palais (Musée d'Orsay) / Hervé Lewandowski

En los siguientes años, también fue gracias a donaciones procedentes de herederos de los artistas o de grandes coleccionistas que se enriquece el fondo de los impresionistas. Así mismo entre 1883 y 1927, Etienne Moreau-Nélaton realiza varias donaciones y legados que logran en particular la entrada en las colecciones nacionales del Desayuno en la hierba de Manet. En 1911, Isaac de Camondo hace un legado que incluye cuatro de las Catedrales de Monet. La pintura francesa no es la única que se beneficia de esta evolución. A finales del siglo XIX, el museo del Luxemburgo se abre a las escuelas extranjeras, en particular con la Noche de verano de Winslow Homer y La madre de Whistler. La sección extranjera se amplia finalmente de un modo importante, para constituir un museo independiente en el Jeu de Paume en 1922. En 1929, fue toda la sección impresionista que se trasladó al museo del Louvre.




El museo de Orsay también ha tenido la oportunidad, desde 1986, de adquirir en concepto oneroso, obras de algunos de los principales pintores franceses de su periodo. Entre estas, cabe mencionar: Le garçon au chat [Joven con un gato] de Renoir (1992); Portrait de l'artiste au Christ jaune [Retrato del artista con Cristo amarillo] de Gauguin (1994); Berthe Morisot au bouquet de violettes [Berthe Morisot con ramo de violetas] de Manet (1998); Galatée [Galatea] de Gustave Moreau (1997); Portrait de Paul Ranson en costume nabi [Retrato de Paul Ranson en traje nabi] de Sérusier (2004); un excepcional retrato colectivo de Tissot, Le Cercle de la rue Royale [El Círculo de la calle Royale] (2011). Mencionemos también Femmes à leur toilette [Mujeres aseándose] de Vallotton (2011), que fue uno de los principales miembros del grupo Nabis, junto con Maurice Denis cuya Dame au jardin clos [Dama en el jardín cercado] fue comprado en el 2012...


Las salas de subastas o las galerías también pueden brindar la oportunidad de adquirir obras que integran, así mismo, definitivamente las colecciones nacionales. Terminemos pues por la evocación de algunas compras realizadas estos últimos años y que los visitantes pueden hoy admirar colgadas de los cimacios en el museo: Misia à sa coiffeuse [Misia en su tocador] de Vallotton (2004), Réception du Grand Condé par Louis XIV [Recepción del Gran Condé por Luis XIV] de Gérôme (2004), Le bûcheron [El leñador] de Hodler (2005), Soir d'octobre [Tarde de octubre] de Maurice Denis (2005).



Por fin, las liberalidades acordadas al museo de Orsay siguen siendo, en la actualidad, una de las principales fuentes de ampliación de las colecciones. Cada año, se adquieren obras de mayor relevancia, gracias a las distintas donaciones o legados. Fue con la participación de Georges D. Havas que se pudieron financiar las compras de L'enfance de Sixte-Quint [La infancia de Sixto Quinto] de Gustave Moreau (2009) y el Portrait d'Yvonne Lerolle en trois aspects [El Retrato de Yvonne Lerolle, en tres aspectos] de Maurice Denis (2010). Para este retrato, hito esencial en la historia del simbolismo, el museo de Orsay también ha podido apoyarse en los adeudos de una donación anónima canadiense y en la participación del Fondo del Patrimonio. Hemos también de señalar, como ejemplo, la donación excepcional Meyer, realizada bajo reserva de usufructo en el 2000 y que reúne en la actualidad, en un espacio específico, cuadros de Bonnard, Vuillard, Cézanne, Seurat, Degas, Fantin-Latour, Monet, Manet, Hammershoi y Mondrian. Este conjunto fue completado en el 2009 por la donación de La symphonie pastorale [La Sinfonía pastoral] de Bonnard, por la Fundación Meyer.

Otra donación histórica fue firmada a comienzos del 2011, bajo reserva de usufructo, formada por 141 obras nabis. Este gesto, de una gran generosidad, permite al museo de Orsay afirmarse todavía más como la institución de referencia, en cuanto a artistas como Vuillard y Bonnard.

Lejos de detenerse en la herencia recibida de los museos del Luxemburgo o del Louvre, las colecciones de pinturas del museo de Orsay están en constante evolución. Las donaciones, las daciones, las compras, permiten, año tras año, mantener vivas las colecciones: incluyendo todos los departamentos, el museo de Orsay ha podido adquirir por el equivalente de más de 20 millones de euros en obras de arte, en el 2009, y 14 millones de euros más, en el 2010.

De este modo, se ofrece al público una imagen cada vez más completa, constantemente renovada, de una época abundante y variada, una de las más creativas de la historia del arte.


Degas en la Ópera.



A lo largo de su carrera, desde sus comienzos en la década de 1860 hasta sus últimas obras posteriores a 1900, Degas hizo de la Ópera el punto central de su trabajo, su "espacio privado". Al explorar sus diversos sectores - sala y escenario, camerinos, vestíbulo, salón de danza-, comienza a observar y a apreciar a sus frecuentadores: bailarines, cantantes, músicos de orquesta, espectadores y suscriptores vestidos de negro que recorren la Ópera. Este universo privado es un microcosmos de infinitas posibilidades que permite todo tipo de experimentos: puntos de vista múltiples, iluminaciones contrastadas, estudios del movimiento y de la verdadera naturaleza del gesto.

Hasta este momento, ninguna exposición había abarcado la Ópera en su globalidad, analizando simultáneamente el fuerte vínculo que unía a Degas con la institución, sus gustos musicales, y también los infinitos recursos que ofrecía esta maravillosa "caja de herramientas". A través de la obra de este gran artista, se ofrece el retrato de la Ópera de París en el siglo XIX.


Comisario general

Henri Loyrette

Comisarios


Leila Jarbouai, curadora de artes gráficas en el museo de Orsay, Marine Kisiel, curadora en el museo de Orsay y Kimberly Jones, curadora de pinturas francesas del siglo XIX en la National Gallery of Art de Washington.

Exposición organizada por los museos de Orsay y de la Orangerie, París y la Galería Nacional de Arte, Washington, donde se presentará del 1 de marzo al 5 de julio de 2020 con motivo del 350 aniversario de la Ópera de París.

Exposición organizada con la contribución excepcional de la Biblioteca Nacional de Francia

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1 Comment


Silvia Roca-Bruno
Silvia Roca-Bruno
Oct 21, 2019

Hola puedes leerlo y me avisas que te parece

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